Las palabras del presidente duraron menos de 9 minutos y solamente hizo una reseña del proceso de preselección que se realizó y sobre las elecciones judiciales del 15 de diciembre. No mencionó a los 'autoprorrogados' para nada y solo dejó un mensaje de deseos para las nuevas autoridades.

“Ellos han resultado electos, profesionales que mostraron su más alta voluntad de cambio para el sistema de administración de justicia, por lo que esperamos y confiamos que estén comprometidos con la transparencia y la agilidad de la justicia boliviana, hay muchos temas que resolver en la justicia boliviana, necesitamos una justicia más transparente, oportuna e independiente, al servicio del pueblo, garantizando sus derechos”, dijo el jefe de Estado.

En horas de la mañana un grupo de los magistrados electos denunció que el Gobierno se negaba a posesionar a los suplentes y esperaban el arribo de todos para realizar una denuncia pública sobre la pretensión del Gobierno.

En febrero de este año, después de la promulgación de la Ley de elecciones judiciales, el jefe de Estado minimizó este proceso y dijo que a la población no le interesaba quién era el magistrado que elegiría y que esta elección no resolvería el problema de administración de la justicia.

Los dos actos anteriores de posesión de las autoridades se realizaron en el Tribunal Supremo de Justicia, en la ciudad de Sucre; esta vez el gobierno obvió ese detalle y optó por el auditorio de la Casa Grande del Pueblo.

Asimismo, en 2018 el último decano, Jorge von Borries Méndez, presentó un informe de los magistrados salientes y el trabajo que realizó el primer grupo de magistrados de los altos tribunales de justicia; esta vez no hubo informe, ninguno de los autoprorrogados se hizo presente en el acto.

 

Tampoco dieron la palabra al magistrado que resultó el más votado, tal como ocurrió en las dos anteriores ocasiones. Sí hicieron uso de la palabra el ministro de Justicia, César Siles y el vicepresidente, David Choquehuanca.

Fuente: El Deber